sábado, 29 de septiembre de 2007

AMARGO SOLLOZO


Amargo sollozo

alejándose en el negro valle del silencio,

reververando en el crepuscular paisaje trizado

Amargo sollozo

amargo y dulce como un caramelo relleno de hiel,

deshaciéndose en nuestras bocas llenas de besos

secas de versos, secas de gritos.

Una mujer canta triste

en el amplificador de sonidos,

gimotea en modulaciones gastadas.

Hay nostalgia como en tu faz y en tu cuerpo

desvistiéndose ante mis ojos cegados.

Aún son dos gotas de tristeza

tus labios húmedos sellando mis dedos,

apagando mis ojos siempre en penumbras,

no hay sol, ni luz alguna.

Al menos en esta noche estrellada

vestida de galas y lentejuelas,

para los que navegan juntos en el mar sin olas.

A veces pienso que es odio, sin apodo ni maquillaje

el que amaga nuestro brindis de júbilo,

nuestra fiesta sin noches al fondo

de las sábanas.

En el maridaje enjuiciado

en el tribunal de los intrusos

nos conocemos tal cual somos

esbozando formas bicorpóreas

bajo el cielo lleno de espejos.

¡Detente mi niña!

¡detén tu llanto solo!

Endulza tu amarga agonía,

que aún lejos de tu alma

en el ártico o las antillas

me deslizaré en puntillas hasta el huerto

fructuoso de tus delicias,

donde se sacia de amor toda mi humanidad

a pie descalzo sobre la tierra.

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